«Spiderman No Way Home» un abrazo hecho película
A estas alturas no hay suficientes adjetivos superlativos para describir cómo es “Spiderman: No Way Home” (“Spider-Man: Sin camino a casa”), tercera película del héroe dirigida por Jon Watts en el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU).
La importancia del pasado
Una vez su identidad es revelada al mundo, Peter Parker (Tom Holland) no conoce paz pero evita recibir cargos criminales. Como MJ (Zendaya) y Ned Leeds (Jacob Batalon) no son aceptados por el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) por estar asociados al Hombre Araña; Peter le pide al Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) invocar un hechizo para que todos (el mundo, el universo) olviden su identidad secreta. El hechizo sale mal y en consecuencia villanos de otros universos, en específico de las sagas “Spiderman” (2002-2007) y “The Amazing Spiderman” (2012-2014), aparecen. Además de los villanos, hay otros dos héroes: el Spiderman de Tobey Maguire y el de Andrew Garfield, algo que todo el mundo esperaba y que Sony Pictures cumplió. Pero más allá de verlos interactuar con Tom Holland, la presencia de ambos es crucial para otro tema. Ellos aparecen cuando Peter pierde a la tía May (Marisa Tomei), asesinada por el Duende Verde (Willem Dafoe). Los otros Peter también sufrieron pérdidas similares: el de Maguire al tío Ben en un asalto que pudo detener; el de Garfield a Gwen Stacy; a la cual intentó salvar, pero no pudo. La culpa sentida por estas pérdidas forjó sus destinos.
Toda película es comunicación con la audiencia, pero en este caso también representa un diálogo interno. «Spiderman: No Way Home» habla con el presente y con el pasado, por momentos esta comunicación es dolorosa y apunta a la acción del que ha visto mucho y está dispuesto a ayudar.
Dicen que en la música no puede haber spoilers, porque se basa en la repetición, en el placer de escuchar lo mismo una y otra vez. «Spiderman No Way Home» es música hecha película. A veces triste, a veces feliz, pero pasa de una melodía a otra sin forzar la trama y el resultado es una canción sobre el dolor del pasado y el presente, pero también de la esperanza del futuro.
Fuente: El Comercio